Alessandria, dieciocho días de septiembre de 2012
Queridxs compañerxs:
Con esta carta os quiero decir algo que me llega al corazón y
avisaros de una intención. Cuando me llevaron, el pasado 27 de agosto, a
la sección de aislamiento de la prisión de Tolmezzo, conocí a algunos
chicos allí encerrados. Me recibieron, no solo de forma solidaria, sino
también fraternal. Aunque solo fuera durante una semana (después me
trasladaron la sección de Alta Vigilancia aquí, en Alessandria),
compartimos comida, café, cigarros, gritos y golpes en los barrotes por
protesta. La cárcel de Tolmezzo es una prisión punitiva, donde son
cotidianos los abusos y palizas. La de Tolmezzo es una cárcel punitiva,
donde los abusos y apaleamientos están a la orden del día. Denuncié todo
esto al juez de instrucción, ante el que ejercí el derecho a permanecer
en silencio.
Maurizio Alfieri
es uno de los que conocí, que está en la cárcel desde hace dieciocho
años sin haber nunca disfrutado de los días de salida anticipada por
haber siempre luchado con la cabeza alta. Lleva en aislamiento más de
tres meses por las numerosas denuncias de palizas que ha reunido y hecho
salir, y vive bajo continuas amenazas (la última, en represalia hacia
la manifestación de solidaridad organizada allí en Tolmezzo por los
compañeros: negación de llamadas telefónicas, Junta disciplinaria para
él y los otros chicos). La capacidad y la bondad fraternal de Maurizio
me han llegado directamente al corazón. Al igual que a lxs compas con
los que Maurizio está en contacto, más fuerte y más decidido que antes.
Amenazan, después de haberlo dejado que sufra durante mucho tiempo, con
someterlo de nuevo al régimen14bis (sin televisión, la ventanilla de la
puerta siempre cerrada, restricciones sobre la salida al patio, etc.).
Con esta carta declaro anticipadamente –para que cada unx asuma sus
responsabilidades– que si la directora de la prisión de Tolmezzo aplica
tal medida vengativa y cobarde, iniciaré en seguida una huelga de
hambre. No siento gran simpatía por las huelgas de hambre (por el
principio de que, si son los opresores los que cometen las injusticias,
no veo por qué tenemos que ser nosotrxs los que sufren….), pero otras
formas de lucha, por ahora, las quiero reservar para eventuales
cuestiones que atañan también a los demás compañeros presos conmigo en
Alta Vigilancia. Esta forma de protesta serviría, en principio, para
mantener vivo el pensamiento y la cercanía con Maurizio. Esta sección
tiene el objetivo de aislarnos, no solo del resto del mundo y de las
luchas, sino también de los otros presxs y, más en general, de nuestra
clase. Mi esfuerzo quiere ir en una dirección obstinada y contraria. A
menudo, hablamos en nuestros panfletos y en nuestros textos de juventud
salvaje, de clase peligrosa, de rebeldes sociales que son nuestros
cómplices “naturales” en la revuelta y la sublevación. En el fondo, el
poder, con sus supuestas “asociaciones” ataca preventivamente nuestra
disposición, en una sociedad que es un “hormiguero de hombres
solitarios”, a compartir ideas, sueños, necesidades, prácticas, vida.
Tal y como hizo un atracador llamado Maurizio con un desconocido como
yo. Pido a quien comparte sentimientos y visiones de la vida similares
que se movilice hasta conseguir que este 14 bis -cárcel en la cárcel- no
pase. Para ser un poco más libres. Para no olvidar a quien sigue
luchando, también en la cárcel, también solo.
Aprovecho esta carta –dado que la anterior nunca llegó– para dar las
gracias a todxs por la calurosa solidaridad que aclara mis días.
Un abrazo llegue a los compas presxs, a mis hermanos encerrados en
aislamiento en Tolmezzo, al Valle (del Susa) que resiste y a aquellxs
que luchan por la libertad de todxs, aun a riesgo de jugarse la suya.
Massimo Passamani
Para escribir a Maurizio:
Maurizio Alfieri
c.c. via paluzza 77
33028 Tolmezzo (Udine)
Italia
También serían útiles cartas y postales a la directora
Para escribir a Massimo:
Massimo Passamani
Carcere San Michele strada Casale 50/A
15122 Alessandria
Italia
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