Esta semana ha vuelto a saber del frío de los calabozos. Lo detuvieron a bombo y platillo, acusándolo de un robo en el que se ha acreditado que no participó. El viernes salió a la calle, con todos los medios de comunicación capitalistas avisados para que retrataran su salida, sociedad del triste espectáculo. El granadino fue involucrado desde el miércoles en un atraco de 4,7 millones de euros en piedras preciosas del Corte Inglés de Puerto Banús. Pese a la incriminación, su entorno familiar y su abogado se han aferrado a la coartada de su actividad en las redes sociales y su popularidad para participar en un atraco a cara descubierta, como fue éste, para desligarlo de cualquier cargo. «Soy inocente y me están maltratando», llegó a gritar cuando salió de la comisaría provincial, camino del juzgado número 1 de Marbella donde declaró.
Su abogado, Martín Eliseo Rodríguez, manifestó que los cargos iban a caerse hasta que al final lleguemos a nada, mientras que su defendido no declaró nada ante la policía por la mañana y sólo quiso hacerlo por la tarde ante el juez, lo cual es bastante lógico: NUNCA DECLARÉIS NADA A LA POLICIA, NI BUENO NI MALO, NUNCA. Siempre a vuestro abogado de confianza, en caso extremo al de oficio.
Uno de los otros once detenidos es un vigilante de seguridad de la urbanización marbellí de Puerto Banús, donde ocurrió el robo y que podría haber actuado con los ladrones. El robo del pasado 18 noviembre en Marbella se produjo cuando tres hombres entraron en el centro comercial cerrado al público, haciéndose pasar por operarios de mantenimiento, reduciendo a tres vigilantes.
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