Quiero poner en conocimiento público las agresiones, vejaciones y malos tratos hacia la persona de mi hermano además de la falta de asistencia médica, el no hacer el médico los correspondientes partes de lesiones, es decir, el médico actuando arbitrariamente para encubrir las lesiones, todo en consenso entre
funcionarios y personal sanitario, prevaricando para encubrir en contra de los derechos humanos que ante cualquier agresión es de justicia la atención sanitaria y el correspondiente parte de lesiones. ¡No más Torturas! Ni a mi hermano ni a ningún prisionero. Torturas realizadas a R F el día 24/04/10, cuyo testimonio tengo en mi poder desde que utilizando una sanción encubierta lo trasladan de centro penitenciario a Topas.
Las consecuencia de la represión es la dispersión y cambio
Las consecuencia de la represión es la dispersión y cambio
de prisión. Evidentemente a otros prisioneros también les golpearon, vejaron,
maltrataron y humillaron al amparo de la oscuridad de los pasillos donde no hay
cámaras. A los demás prisioneros les da terror denunciar, debido a las represalias
que ya han sufrido en primera persona por lo que no es de extrañar que muchos
callen por miedo a recibir palizas y ser tratados peor que animales, por este motivo
queremos dejarles bien claro a nuestros opresores y torturadores que, como bien
saben ellos, estamos aquí para difundirlo que con tanto ahínco tapan y encubren; y
me pregunto yo ¿quién es el delincuente y el maltratador? El preso desde luego no,
pues no tiene oportunidad de ello, en cambio el refugio de un uniforme, placa, porra
y 20 detrás da valentía para torturar y amenazar tu vida con que cualquier día no te
levantas pues te han matado legalmente y te condenan a ser ejecutado sin juicio
previo y a la pena capital.
“Debido a un fallo en las comunicaciones hubo un retraso de las mismas, en
vez de la hora habitual (19:00 horas), nos sacan a comunicar a las 21:15, los
carceleros nos comunican que se tiene que hacer el recuento, claro esto es de
obligado cumplimiento y en ningún momento nos negamos a realizar dicho
recuento, pero el perjuicio es siempre pera el prisionero, ya que la comunicación se
suspende. Mientras tanto en los módulos 1, 2, 3 y 4 por un problema de la antena
colectiva, se quedan sin conexión, golpeando estos las ventanas, mientras tanto yo
me encontraba en el departamento de comunicaciones ajeno a ello. Después de
efectuar el recuento nos dirigimos a nuestro módulo (2), subimos tranquilamente sin
ningún altercado; a la media hora empiezan a abrir celdas y al llegar a la que yo
ocupaba unos 10 funcionarios me empiezan a golpear con porras y a puñetazos y
patadas me sacan de la celda. Al salir de la celda, vejado, humillado y golpeado,
cesan los golpes (claro hay una cámara de seguridad que registra los movimientos
de la galería). Al bajar las escaleras (que no hay cámaras) el jefe de servicios me
golpea brutalmente y con él todos los funcionarios, a rastras me llevan hasta abajo
a golpe de porras, patadas e insultos. Otra vez cesan los golpes ya que en las
zonas donde hay cámaras se abstienen de golpearme, solo cuando ellos saben
que no hay cámaras emprenden las agresiones. Me llevan al departamento de
Régimen Especial (Aislamiento). Una vez allí emprenden de nuevo su particular
paliza, totalmente sincronizado y me acusan de incitación, participación en plantes,
motines, desordenes, insultos, amenazas, instigar a otros prisioneros…”.
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