jueves, 3 de enero de 2013

Instituciones Penitenciarias reduce la presencia de sus médicos y ATS

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Instituciones Penitenciarias ha decidido reducir, aún más, la presencia de sus médicos y ATS en las 68 cárceles que dependen del Gobierno central (Cataluña tiene las competencias transferidas). A partir del 1 de enero de 2013, los facultativos sanitarios de seis centros (Daroca-Zaragoza, El Dueso-Santander, Jaén, Madrid I-Meco, Murcia y Valladolid) no tendrán que estar físicamente en la prisión desde las tres de la tarde hasta las ocho de la mañana del día siguiente.

Su presencia física la sustituirán por una guardia localizada en casa, pendientes del teléfono. La medida se hace para "optimizar los recursos". Unas guardias que ya se aplicaban en 30 prisiones que están situadas cerca de grandes ciudades y por tanto de hospitales, y que ahora se amplía a seis cárceles más.

Para el sindicato CSIF [sindicato mayoritario de carceleros], lo que Prisiones llama optimizar es "un simple y puro recorte" y pone en riesgo el trabajo de médicos y la salud de los internos: "Los médicos deben determinar por teléfono si están ante un caso de urgencia".  Otro sindicato, Acaip, que cifra en 890 el personal sanitario (378 médicos y  512 ATS) para una población de 58.927 presos (un facultativo por cada 66 presos), lamenta que esta decisión se haya tomado unilateralmente.

El Estado se gastará entre 3,65 y 4,15 euros por día e interno en su ración alimentaria, que incluye tres comidas diarias.

De lo que concluímos: La precarización del sistema carcelario es algo en continua denuncia por distintos grupos y colectivos de denuncia, sociales pro-derechos humanos y de apoyo a presxs, a los que una vez más ignora por comleto, condenando a lxs condenadxs a padecer el deterioro de unos servicios ya deficientes frente a la arbitrariedad legal y estructural  del sistema penitenciario.

Los recortes se destinan hacia uno de los sectores más básicos y cuestionados dentro de las prisiones: el de la salud y la higiene. La atención médica, que ya respondía por la industrialización del sistema carcelario al hacinamiento, homogeización, al consumo abusivo de fármacos y a la negación de posibles síntomas y enfermedades, se ve ahora mermada por unos horarios fuera del contexto en el que supuestamente deben facilitarse por cumplimiento de las leyes que ellos mismos establecieron, dando lugar a situaciones tan maquiavélicas como el no "poder" enfermarse fuera del horario de atención médico sin ofrecer alternativa alguna mas que la de someterse a un arbitrario juicio médico por teléfono y a la espera que ello implique, negando la posibilidad de una asistencia digna y directa en un periodo de tiempo que no dificulte la situación del enfermo o enferma, estando en este último grupo incluídas las embarazadas.
Por otra parte, la complicidad del equipo médico de los centros deberá ser mayor aun de lo que es para evitar las más que evidentes negligencias médicas que deberán realizar al afrontar la responsabilidad de  un servicio médico a todas luces insuficiente e inficiente. La hostilidad pues será recíprocamente mayor y esto afectará tambien a la calidad del servicio. Esto es un asesinato colectivo y encubierto tanto a corto, medio y largo plazo cuya responsabilidad no podrán evitar pese a la oratoria estatal.

En cuanto a la alimentación, una necesidad biológica, deciden congelar la cantidad monetaria para este fin a pesar de que los precios de los alimentos aumentan, restando pues calidad al servicio y esta carencia nutricional junto a la precariedad de la atención a la salud hará de las cárceles algo aun más indeseable e inhumano.

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