Comenzando
“Digámoslo sin titubear: los revoltosos, los proletarios
rabiosos se mueven sobre todo a partir de situaciones concretas, a partir de un
enojo generalizado. En los momentos más conflictivos se sitúan, por así
decirlo, en lo negativo frente a la realidad que les envuelve. Esta negatividad
que se encuentra en una dialéctica con la realidad vivida, ha tenido siempre
dificultades para desligarse de las cadenas de la realidad a la que se opone. A
menudo es por eso, más que por profundo reformismo, que las revueltas de los
oprimidos se encuentran, después de un cierto tiempo, en un callejón sin salida
donde falta la fuerza para intentar el saldo cualitativo de un mundo completamente
diferente…”