Es una contribución de lucha y solidaridad posible incluso desde dentro e, incluso, con esta enésima ola de calor como enésima señal de que el planeta está moribundo que hace difícil hasta pensar y escribir y, más aun, si se está bien selladx en ataúdes cerrados de ladrillos y cemento siempre a la merced de nuestros verdugos y torturadores.
Quiero llamar a la iniciativa “operación Fukushima”. Un nombre de actualidad. Otro nombre para civilización y progreso. Un nombre para el enorme sufrimiento y destrucción suministrados a la vida a manos de unos pocos patrones y muchos lacayos de la civilización y el progreso por el poder y la riqueza de pocos. También se podría llamar Chernobyl, Mühleberg, Beznau, Lucens, Hiroshima, uranio empobrecido, IBM, Trino Vercellese, Superphönix, Ansaldo, Bio- y Nanotecnología, Amianto, Cáncer, Deep Water Horizon, Xstrata, Monsanto, TAV, Energía Alternativa, KKKapitalismo Verde, Belo Horizonte.
Un nombre también para recordar, con las palabras del núcleo Olga FAI-FRI (gracias, gracias de corazón, hermanxs del Núcleo Olga, ¡gracias de corazón a todx lxs hermanxs, grupos y pueblos en acción insurreccional y revolucionaria!), que… ¡es solo una cuestión de tiempo y un Fukushima europeo cosechará muertos en nuestro continente!
“Operación Fukushima”, un nombre para contraponerse a los terribles términos reales, además de a la irreversible crisis social, económica y ambiental, al ridículo de la persecución contrainsurreccional y las bobas denominaciones de las “brillantes operaciones antiterrorismo” como “Osadía”, “Tramonto”, “Comefuegos”, “Blackout”, “ORAI”, “Cervantes”… de los Don Quijotes de los vigilantes urbanos en versión italiana del imperialismo global, que al no conseguir detener los signos de la tempestad se cabrean con las voces solidarias y lxs presxs del insurgente camino de la solidaridad y la lucha.
Un nombre también para repetir con fuerza: el terrorismo, el mal, el crimen absoluto y “la altísima peligrosidad social”, la brutalidad y la vileza, la mentira y la agresión asesina son del sistema dominante y de quienes lo defienden; la legitimidad y la fuerza de la razón, la urgencia vital y la humanidad, la aceptación, más urgente que nunca en la historia, de una responsabilidad individual y colectiva genuina y auténtica sobre la sociedad humana, el mundo y su futuro, son nuestras, de lxs verdaderxs insurrectxs y revolucionarxs que combatimos este sistema de verdad.
Un nombre pues, una pequeña contribución, para confirmar también lo idiota que es esta mísera banda asesina y criminal de patrones y sus siervos (políticos, científicos, maderos, magistrados, plumillas, cultura y religión y analistas enemigos de toda clase y disfraz también en nuestras filas del movimiento “oficial”…) si piensa que con sus más devastadores y bajas persecuciones y represalias en mayor continuidad nazifascista pueden detener nuestras luchas y voces desde dentro y desde fuera en este camino de solidaridad y lucha.
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