Para nosotrxs, el oprimido se encuentra siempre en un estado de legítima defensa y tiene siempre el pleno derecho de rebelarse sin tener que esperar a que se le fusile, y sabemos muy bien que muy a menudo el ataque es el mejor método de defensa […] *Errico Malatesta, 28 octubre de 1923*.
Partiendo de esta premisa de Malatesta y teniendo en cuenta el significado que para nosotrxs lxs anarquistas adquiere el concepto de violencia antiautoritaria (esa fuerza liberadora que anteponemos frente a la violencia de lxs opresorxs, esa respuesta inminente y necesaria que empleamos ante la represión del Estado y frente a toda Autoridad —no siempre de forma defensiva sino además ofensiva como parte de esa necesidad de autonomía y libertad, de ese anhelo de construcción por medio de la destrucción de todo lo establecido—) es que se enmarca, en la mayoría de los casos, el accionar de individualidades anárquicas y núcleos de acción anarquista; de la mano de la práctica de la solidaridad directa con lxs compañerxs en prisión (accionar que forma parte esencial de la lucha anárquica).
Este también es el caso de la Organización Lucha Revolucionaria (L.R.) y de lxs demás compañerxs anarquistas que el Estado griego acusa de pertenecer a la L.R. Mientras que unxs están siendo juzgadxs por sus acciones y su participación confesa en la L.R., otrxs están siendo enjuiciadxs por mantener bien firme su consciente y decidida postura como anarquistas irreductibles frente al Poder. Todxs están siendo penalizados por ser partícipes de infinidad de iniciativas, proyectos, actividades y espacios de lucha, que se oponen abiertamente al avance destructivo del sistema de dominación y que, empleando una diversidad de métodos, cuestionan, critican y atacan al Poder. Lxs que reivindican su participación en la L.R. (así como el compañero Lombros Foundas) están siendo procesadxs por el Estado griego y condenadxs a priopri por una buena parte de la sociedad, precisamente por ejercer el inapelable recurso a rebelarse, “sin tener que
esperar a que se le fusile”, pero también por golpear al Estado en sus pilares, por demostrar con creces que se han reapropiado de sus vidas y con ello, de su capacidad crítica y su capacidad de autodefensa,
transformándose en ofensiva directa contra las estructuras del dominio y la servidumbre voluntaria que lo sustenta y alimenta.
Con estas palabras no pretendo enaltecer unas siglas ni tampoco exaltar un modelo organizativo, lo que trato de destacar es la importancia de su accionar y su aporte a la extensión del conflicto cotidiano, no sólo en
Grecia sino también a nivel internacional. Un aporte indiscutible a la propagación de los núcleos de acción antiautoritaria, así como para la intensificación de la confrontación en las calles, dándo pie a la insurrección consciente y generalizada.
Para mí el compañero Lambros Foundas, nunca adquirió esa connotación de mártir que algunxs tratan de impregnarle; por el contrario, su muerte en combate —en uno de los enfrentamientos más directos contra las fuerzas del orden— fue fuente inagotable de fuerza y convicción. La muerte de un compañero de praxis, abatido por las balas de la opresión nunca podrá ser silenciada, ocultada ni marginada, ya sea por el sistema de dominación o por lxs nefastxs defensores de lo existente y sus falsos críticos.
Por lo tanto, envío mi solidaridad y apoyo a lxs compañerxs enjuiciados por el Estado griego, en el marco de los días solidarios con el caso de Lucha Revolucionaria. Asimismo, externo toda mi solidaridad y apoyo al hermano Nikos Maziotis, a quién le envío un fuerte y anárquico abrazo. Así como en el año 1999, esto se repite. ¡No podrán pararnos! No podrán pararles! También expreso mi apoyo y solidaridad con la hermana Pola Roupa, ambxs —por lo que entiendo— continúan en fuga.
¡No podrán pararnos!
¡No podrán parales!
¡Por la expansión del conflicto!
¡Por la propagación del ataque anárquico!
¡Por la insurrección!
Mario Antonio López Hernández
Preso anarquista
Reclusorio Preventivo sur, Xochimilco, México D.F.
14 de noviembre de 2012.
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