Fue juzgado ayer por quebrantamiento de condena y se enfrenta a 9 meses de prisión, que se sumarían a los 10 que aún le quedan por cumplir (este artículo esta resumido y retocado de la basura de los “medios de comunicación” comerciales).
Tras sufrir 34 de sus 60 años de vida secuestrado en prisión, 9 meses más pide la fiscalía a Miguel Francisco Montes Neiro, que fue acusado ayer de haberse fugado aprovechando un permiso de 2 horas para acudir al funeral de su madre. Sin embargo, el preso aseguró que "no salió de la casa" durante el velatorio, ya que, por su estado de nervios, le dieron "una pastilla" para la ansiedad y se quedó dormido en una habitación de la casa. El acusado afirmó que se levantó al día siguiente y se fue a "comprar churros", porque los dos policías que le custodiaban "se habían marchado sin él". La supuesta fuga se produjo el 16 de noviembre de 2009, pero Montes Neiro no volvió al Centro Penitenciario hasta el 2 de diciembre, cuando fue detenido por la policía. "Sabía que tenía que volver, pero no volví. Llevo ya muchos años en prisión y yo no iba a ir a buscar a la policía para decirle que hicieran su trabajo y me detuvieran", afirmó durante el juicio.
El procesado reconoció en el juicio que, desde que lo encarcelasen a los 26 años, ha quebrantado su condena en más de 14 ocasiones, pero negó haberlo hecho el 16 de noviembre de 2009 durante el velatorio de su madre, al que pudo asistir gracias a un permiso extraordinario de dos horas que le concedieron en el centro de exterminio de Albolote donde entonces estaba secuestrado.
Los agentes que le custodiaron hasta el hogar familiar explicaron que, una vez se aseguraron de que la vivienda de la Plaza Fontiveros no tenía más que una salida y que todas las ventanas estaban enrejadas, le "quitaron los grilletes de las manos por motivos humanitarios" para que pudiera estar con su familia "en esos momentos tan duros". Tras saludar a sus familiares y velar durante un rato el cuerpo de su madre, los policías aseguraron que el reo les pidió permiso para ir al servicio, momento que aprovechó para escapar por la ventana, cuyas rejas poseían una bisagra que había pasado desapercibida para los escoltas. Aseguran los agentes que salieron inmediatamente a buscarle, después de registrar todo el piso y preguntar a amigos y familiares, pero nadie sabía decir dónde se encontraba. "Sólo nos faltó mirar debajo del cuerpo de la madre difunta", aseguraron.
La defensa, por su parte, acusó a la policía de "dejadez en sus funciones", al considerar que los agentes que acompañaban al reo tenían responsabilidad de conducción y custodia del preso y la incumplieron. Además dudaron que durante el proceso judicial hubiera quedado suficientemente acreditada la versión policial. El abogado defensor, Martínez García, preguntó a la magistrada Manuela de la Torre por qué no se pone a su representado en libertad pese a haber superado el máximo legal en prisión. La titular del Juzgado de lo Penal 4 de Granada, que calificó algunas declaraciones de los testigos de la defensa como "surrealistas", contestó que esa cuestión no era "procedente" en este juicio.
La fiscalía encontró la versión del acusado "algo rocambolesca" y sin duda aseguró que "causa perplejidad". Sin embargo, afirmó en sus conclusiones "saliera o no saliera por la ventana, o se quedase dormido en un cuarto o no, el hecho es que Montes Neiro tenía un permiso extraordinario de salida y tendría que haberse reincorporado a la prisión a las 19:00 del 16 de noviembre de 2009, pero no lo hizo". Por ello, el ministerio público considera que infringió el artículo 468.1 del Código Penal que estipula que "quienes quebranten su condena, medida de seguridad, prisión, medida cautelar, conducción o custodia serán castigados con la pena de prisión de seis meses a un año".
Montes Neiro se encuentra encarcelado desde 1976, por una acumulación de 26 condenas entre las que no hay ninguna por delito de sangre, ni robo consumado. 34 años privado de libertad, sin contar las cinco veces que se fugó. En diciembre de 2010 le trasladaron desde la cárcel de Jaén a la de Morón de la Frontera, en Huelva, donde nunca ha cometido ningún delito, no tiene ninguna causa pendiente y a donde no le une ningún vínculo personal. Actualmente está cumpliendo una pena de 13 años por "detención ilegal, robo en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas" y no está previsto que salga de la cárcel hasta 2021, si la hepatitis que padece y sus, entonces, 71 años se lo permiten. Su abogado, Felix Ángel Martínez García, asegura que es el preso que más condenas acumula en España. Después de él, solo algunos etarras.
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